jueves, 28 de julio de 2011

Tiempos Modernos


Si ciertamente, hoy el conocimiento y la experiencia sindical  constituyen un capital clave para insertar y consolidar a las jóvenes generaciones recientemente aportadas al conglomerado que conforma el Comité de  RAESA. Y que muestren su potencial productivamente para la totalidad de la platilla de RAESA,  en la complicada e inestable situación social actual,  hay que ayudar a  desarrollar la plenitud  de todos los talentos personales, y hay que garantizar a todos, especialmente a los más frágiles  y necesitados de tiempo , las oportunidades instructivas suficientes  para que cada uno pueda responsabilizarse de sí mismo y realizar su misión en la vida sindical. En general, la exclusión sindical  reproduce y consolida modelos miopes,de los que a corto plazo se perjudican los trabajadores,pues perpetuan la pobreza de objetivos , y sólo alcanzan logros raquíticos. Sin duda,es el sentimiento general, debemos garantizarles las oportunidades de una instrucción  que los prepare para desenvolverse eficazmente en el mundo del trabajo y de la vida sindical, de modo que después la plantilla no los excluya,por ineficaces, pero para ello es imprescindible que ellos no se transformen en excluidores. Incluir es invitar al otro a construir un sistema mejor. Para ello es necesario dejarse de especulaciones  y ponerse a la labor como corresponde a su situación actual, tirando del carro. No va a ser tarea fácil evitar el fracaso de los más noveles en un momento actual convulso y apremiado  por la crisis económica, si ellos no ponen de su parte voluntad y formas. Es urgente que rescatemos el término eficacia, y lo entendamos en un sentido integral, calidad de las
personas y de los objetivos, ya las tenemos organicemosnos eficientemente . Por ello, necesitamos un posicionamiento claro que despierte el sindicalista que todos llevamos dentro,  y nos ayude a construir desde el bien común un modelo de empresa estable y duradera de una forma constructiva y honesta. Debemos convencernos de que la sobrevivencia como Compañía  pasa por la convivencia, y de que el egoísmo y el egocentrismo sindical son hoy
una especie de suicidio colectivo.