
Y de esas lluvias tenemos estos barros, un gran déficit publico que se quiere solucionar a fuerza de privatizaciones y recortes, pero existen otras alternativas. En realidad, la reducción del déficit público puede conseguirse o bien bajando el gasto público y privatizando o, como alternativa, subiendo los impuestos. Si esos impuestos que durante tantos años, han estado llenando los bolsillos, a entidades financieras, transnacionales, en fin toda la plutocracia capitalista. Como alternativa es la mas justa pues se pediría colaboración y que se ajusten también el cinturón en tiempos de crisis ha quien se ha beneficiado enormemente de la bajada impositiva del anterior y del actual gobierno.
Según el Fondo Monetario Internacional esta drástica reducción en los impuestos ha sido la responsable del 40% del déficit estructural existente en España y en la mayoría de los países mundiales que siguieron semejantes políticas económicas. Si recuperaremos los tipos fiscales anteriores y pasáramos de gravamenes del 30% al 35% para las rentas superiores a 60.000 euros, y se añadiera un nuevo tramo para los que ingresan más de 120.000 euros, con un tipo del 50%, el Estado ingresaría 2.500 millones de euros más a las arcas, afectando únicamente al 3,98% de los ciudadanos. A esta cantidad podría añadirse la recuperación del impuesto sobre el patrimonio, cuya eliminación en 2008 favoreció enormemente a los sectores más pudientes de la sociedad. Con tal medida, el Estado podría ingresar otros 2.120 millones de euros.
Si, por otra parte, se recuperara el tramo que pagaban las grandes empresas en su impuesto de sociedades, pasando del 30% al 35%, el Estado recuperaría 5.300 millones de euros (afectando únicamente a un 0,12% del total de las empresas, que son las que tienen una base impositiva superior a 30 millones). Otra cantidad recuperable podría conseguirse aumentando el tributo de un 1% a un 5% en las sociedades de capital variable, las famosas Sicav.
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