Estos sacerdotes y sacerdotisas Propugnan un Sistema basado en la negación de la libertad personal y de los derechos elementales individuales y colectivos frente a la todopoderosa imposicion de los Mercados, que se aprestan a tomar el control de todos los aspectos sociales y económicos de nuestras vidas, justificando todo ello por la presión de la Crisis Económica, que hace inevitable supeditar todas las prioridades individuales frente a la necesidad de salvaguardar y proteger primordialmente el sistema financiero, los bancos y el poder corporativo, las grandes transnacionales y empresas monopolistas, con la escasa garantía y flaca esperanza de que esto sea suficiente para aplacar la ira de los Mercados.
La aristocracia industrial y de los negocios financieros, de las naciones intervenidas son quienes ponen a los líderes del gobierno en el poder, creando una pérfida y antisocial relación capital-gobierno con la elite de poder, todos son la misma calaña y el resultado de tal unión alumbra una realidad que se aclara tras la niebla y tiene un nombre distinto, Fascismo Económico.
Ya poco les estorba, se estan asegurando el control de los medios de comunicación controlados directamente por directivos afines al gobierno o indirectamente por las regulaciones legislativas gubernamentales, o por la presión directa a través del despido o por la "persuasión" física de los superiores a los periodistas y censurando a los redactores progresistas, especialmente en tiempos de crisis todo vale.
El poder sindical es el siguiente objetivo a ser suprimido.
Porque las organizaciones sindicales son las únicas amenazas organizadas y estructuradas junto a los movimientos vecinales capaces de hacer frente a estos dictatoriales gobiernos ultraliberales, los sindicatos y asociaciones laborales y sociales, según su hoja de ruta, han de ser eliminados.
Una vez alcanzados y desarmados estos objetivos y eliminado el Estado Social, irán a por el poder político y eso tiene un nombre, fascismo.
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